Categoría: P.R.
Longitud: 6,180 Km.
Dificultad: Fácil.
Se trata de un pequeño paseo que transcurre entre la villa de Caión y la laguna de Baldaio, frente a las islas Sisargas que podremos observar si está mínimamente despejado y con unas amplias vistas al mar. Alternaremos zonas de pista de tierra con carreteras locales.
Se trata de un pequeño paseo que transcurre entre la villa de Caión y la laguna de Baldaio, frente a las islas Sisargas que podremos observar si está mínimamente despejado y con unas amplias vistas al mar. Alternaremos zonas de pista de tierra con carreteras locales.
Circular: No.
Tiempo estimado: 1 hora y media.
Señalización: Escasa, aunque es fácil orientarse si seguimos la costa.
GPS inicio de la ruta: 43.318200 // -8.605991
Inicio de la ruta: la ruta parte de la Plaza de Eduardo Vila Fano. Teniendo de frente el Pazo de los Condes de Graxal, tomaremos el paseo marítimo de Caión que se encuentra a mano izquierda.
Tal y como indicaba anteriormente, iniciamos la ruta en el paseo marítimo, recorriendo la playa de Caión, que es larga, muy abrigada y de arena fina, posee servicios de ducha y fácil acceso para vehículos. Al final de la playa tomaremos el desvío a la derecha para continuar por una pista de tierra; desde allí podremos admirar unas bonitas vistas del pueblo.
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| Playa de Caión |
Seguiremos bordeando la costa hasta un tramo que enlazará con Leira, un pequeño núcleo urbano; cogeremos a continuación el primer desvío a la derecha por Pedra Sal y, todo seguido, volveremos a tener la costa a nuestro lado. De nuevo nos encontramos caminando por una pista que nos conduce hasta la Playa de Arnela.
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| Playa de Arnela |
Nosotros, siguiendo las recomendaciones de unos vecinos, decidimos seguir por la costa, por un camino de pescadores muy estrecho y no recomendado para ir con niños debido a su proximidad con los acantilados, pero las vistas recompensaron nuestros esfuerzos. Pasamos por varias calas inaccesibles a pié, y pudimos intuir las islas Sisargas, pues la niebla las escondía.
Continuamos y llegamos al final de nuestra andaina, a la Playa de Pedra do Sal, el principio de la Playa de Baldaio, constituida por una sucesión de playas que componen un arenal de más de seis kilómetros. En medio se encuentra una magnífica laguna en la que se reúne una gran avifauna migratoria. Dunas, bosques que bajan hasta las dunas, arena fina y montes de poca altura se suceden conforme vamos caminando; pero esto será objeto de comentario en otro artículo.
Una vez allí, y después de tomarnos un breve descanso, Baldaio se despidió de nosotros regalándonos una preciosa puesta de sol.
Continuamos y llegamos al final de nuestra andaina, a la Playa de Pedra do Sal, el principio de la Playa de Baldaio, constituida por una sucesión de playas que componen un arenal de más de seis kilómetros. En medio se encuentra una magnífica laguna en la que se reúne una gran avifauna migratoria. Dunas, bosques que bajan hasta las dunas, arena fina y montes de poca altura se suceden conforme vamos caminando; pero esto será objeto de comentario en otro artículo.
Una vez allí, y después de tomarnos un breve descanso, Baldaio se despidió de nosotros regalándonos una preciosa puesta de sol.
Mapa de ruta
Perfil de la ruta
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